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  • Foto del escritorPilar Jódar

Devórate, Mari Paula

Actualizado: 16 oct 2021



El mundo deshumanizado y la esclavitud tecnológica

La pasada noche del 6 de septiembre, en el Palacio de Festivales de Santander, la reconocida artista brasileña afincada en Cantabria, Mari Paula, bailarina, docente y gestora cultural, presentó su espectáculo de danza contemporánea Devórate, pieza ganadora del programa Iberescena 2019.

Como “proletaria digital” se define en el programa de mano al personaje que Mari Paula (https://www.maripaula.com/) encarna en el escenario, es decir, una humana al servicio del progreso técnico. La supuesta civilización tecnológica engulle al ser humano bajo toneladas de basura y acaba esclavizándolo, ideas representadas por la potente e inquietante acción del monstruo de plástico y la incorporación de un dron como personaje con el que la protagonista interactúa en el espacio escénico.

El gesto se abre camino a través del cuerpo, despierta, se reconoce y evoluciona por el escenario como la bestia abisal de plástico, como el cuerpo agitado por ritmos ancestrales, negroides o como el ser humano que al final de su evolución se encuentra con el dron tirano, símbolo de su voraz y aniquilador desarrollo. Para desentrañar el significado de cada acción de esta performance no contamos con asideros en el montaje espectacular, ya que la presencia de la intérprete junto a una gran lona de plástico blanco sobre escenario vacío es la esencia de la mayor parte de este espectáculo. De ahí la complejidad de un lenguaje autorreferencial fruto de una previa e intensa investigación que se ha llevado a cabo a través de diferentes residencias artísticas en España y Brasil.

Impresionante el trabajo de Mari Paula con su propio cuerpo como lienzo de experimentación, emocionante la belleza plástica y las preciosas imágenes y símbolos que sugiere su carnalidad llevada a su propio límite, convertida en objeto mismo de su experimentación, para sufrir en sí misma la digestión del monstruo de plástico y su expulsión del paraíso a causa del engañoso desarrollo tecnológico. Así, pues, hablamos de la evolución del ser humano, de su problemática y autodestructiva relación con el medio ilustrada a través del cuerpo femenino. ¿Por qué no va a ser una experiencia femenina universal? ¿Por qué no pensamos en una mujer cuando decimos ‘ser humano’? Ya nos habló Mari Paula en Retrópica (representada en 2017 y 2018 en el Café de las Artes de Santander) de una mujer víctima de la arrolladora máquina del patriarcado y el capitalismo, que nos conduce, como en el caso de Devórate, a un mundo apocalíptico deshumanizado. Toda una declaración de intenciones feminista esta propuesta del cuerpo femenino como ser humano por antonomasia.

Música inquietante, ritmos brasileños, africanos, negros, pulsiones humanas primarias; luces de muerte y renacer, incómodas cuando señalan al patio de butacas y te obligan como espectadora a tomar partido. Finalmente, Castadiva, interpretada por Sumi Jo, la lírica, lo profundamente humano quizá represente un nuevo renacer para mujeres y hombres, pero bajo el yugo de una civilización tecnológica que nos ha convertido en su producto.

En definitiva, una excelente producción que ha contado con un importante equipo conformado por profesionales de la danza, la iluminación, la música y la fotografía, como Rebeca García, Janet Novás, Leonarda Glück, Reinaldo Ribeiro, Ricardo Nolasco, Carlos Molina, Jaime Peña y Adrián Torices.

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