La dramaturga madrileña Diana Cristóbal recupera la figura de la poetisa griega Safo de Lesbos (siglo VII a.C.), muestra de intelectualidad, libertad sexual y sororidad.
El hecho de que la obra de Safo se haya conservado fragmentariamente ha favorecido todo tipo de especulaciones en torno a su figura, su práctica intelectual y su vida, Safo se ha convertido en un mito que Diana Cristóbal ha reconstruido unificando el componente histórico con el legendario, para volver a poner en valor a la primera lírica de la historia de la literatura.
Una de las leyendas que rodean su figura es la de su amor con Faón, cuyo funesto final le sirve a Diana Cristóbal para crear una tragedia anclada en un contexto social y cultural de libertad para las mujeres, anterior a cualquier civilización o imposición patriarcalista, un momento histórico tan idílico que está cercano al mito.
Una tragedia fulminante y contundente ambientada en un contexto de libertad intelectual e individual, que tiene voluntad de servir de paralelismo a los prejuicios actuales en cuanto a la condición femenina.
Safo es la directora de "la casa de las Musas" y su cotidianeidad queda reflejada en sus poemas: sus amores, desamores, tanto con hombres como con mujeres y cierto rechazo -más como postura estética subversiva- a la institución matrimonial y a los hombres. Así le explica la poetisa a su amante a qué se dedica: “Instruyo a las jóvenes en el arte de recitar poesía, cantar y rendir culto a las musas. La mayor destreza que puede tener una mujer para enamorar a un hombre es la sabiduría”.
El arte como disfrute forma parte de la filosofía vitalista de las integrantes de esta academia: “Alceo: Mientras jóvenes seamos, más que nunca, ahora importa gozar de todo aquello que un dios pueda ofrecernos”. Un vitalismo que da paso a la sensualidad y al erotismo vividos lejos de todo prejuicio moral: “Telesipa: Ambas yacían en el lecho y sus cuerpos se encontraban en una incesante búsqueda felina del placer más absoluto”.
En definitiva, una lección de libertad y sororidad que Diana Cristóbal nos trae desde el siglo VII a.C. para confrontarnos con nuestro engañoso, represivo, hipócrita y controlador universo de veintisiete siglos después.